\\\\ Editorial Toribio Anyarin Injante E.I.R.L. ////
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Toribio Anyarín Injante: "Los jóvenes están leyendo más"

Por Manuel Marticorena Solís
El Comercio, Lima 11/08/07
http://www.elcomercio.com.pe/edicionimpresa/Html/2007-08-11/imececonomia0768385.html

Toribio Anyarín publica manuales (a los que llama libros) que enseñan desde tocar guitarra hasta cómo obtener brevetes; desde criar cuyes hasta hacer adornos con globos; desde la historia del Señor de los Milagros hasta cómo armar una computadora. Alrededor de ellos ha armado una cultura popular de bolsillo, que es ofrecida usualmente por vendedores ambulantes en las calles y en los microbuses.

Con 24 años en el negocio editorial, no solo publica manuales, también imprime obras universales de dominio público (principalmente novelas clásicas). Su nombre es su principal activo; no tiene impresoras ni una gran plataforma de distribución, pero ha logrado que sus publicaciones estén en todo el Perú, lo que podría ser la mayor recompensa a su terquedad de seguir en este negocio pese a enfrentar grandes adversidades.

¿Por qué dedicarse al negocio editorial en un país donde supuestamente se lee poco?
Por la trayectoria que tengo vendiendo libros, creo que es todo lo contrario; hoy en día me parece que los jóvenes están leyendo más.

La industria editorial se queja de que en el Perú es difícil tener éxito en este negocio.
Si uno se dedica con mucha paciencia, tranquilidad y fe, me parece que no es así. En nuestro caso, cada día pensamos en nuevos títulos para innovar, que los libreros puedan tener novedades o que la gente que nos compra los libros y que los ofrece en los buses tenga cosas que vender.

¿Cuál es su mecanismo de distribución? ¿Ustedes imprimen y encargan a su propio personal vender los folletos y libros en los ómnibus?
No. Los vendedores vienen a nuestro local por su propia cuenta, compran según su disponibilidad de dinero. Algunas veces les va bien y compran más productos. En el caso de provincias, les enviamos un catálogo de nuestros productos a varios clientes y en función de ello nos hacen los pedidos.

¿Entonces ustedes se encargan solo de la impresión?
Aún no tenemos maquinaria. Contratamos imprentas, les damos lo que queremos que se imprima en fotolitos, porque tenemos preprensa. Mi esposa, Norma Collantes, se encarga de los colores, de todos los detalles para mandar a la imprenta.

¿Con cuántas imprentas trabaja?
Por lo menos con diez imprentas.
Prácticamente todo lo tercerizan y a todo le ponen su marca.
Efectivamente. Así se ha construido el negocio, el valor es nuestra marca y la renovación constante de títulos.

¿Si la marca es el principal activo, cuál sería su valor si tuvieran que venderla?
No tiene precio, quedará para mis hijos, como muchas personas que se han ido del mundo dejan la marca a sus hijos, por si les interesa seguir en el rubro.

Su logotipo se parece un poco al de Editorial Navarrete...
(Ríe) El logotipo de Navarrete tiene el mundo y alrededor las banderas de Latinoamérica.

Su marca también tiene el mundo pero con su nombre...
Uno, cuando es joven, siempre quiere ser alguien y prosperar, no quieres ser un don nadie; yo tenía la idea de ser alguien en el mundo y por eso se me ocurrió la idea de poner mi nombre en medio del globo terráqueo.

¿Conoce a la gente de Navarrete?
Sí, al propio señor Navarrete. Yo era su cliente, es una buena y digna persona, no es envidioso. Recuerdo que cuando algunos clientes no encontraban algo en sus tiendas, nos los enviaba. No existen resentimientos entre nosotros porque sabemos que cuando el sol sale, a todos nos calienta.

¿Desde cuándo empezó a imprimir sus propios productos?
Empecé en 1984 con mi esposa, aunque desde 1968 he estado metido en la comercialización de libros y revistas como "Tarzán", "El Llanero Solitario" y muchas revistas y libros culturales que venían desde México. Incluso he vendido diccionarios Sopena, que importábamos a veces nosotros mismos.

¿Por qué cambiar la importación y comercialización de libros y revistas para empezar a imprimir manuales, libros y afiches?
Lo que pasa es que había mucha competencia y deslealtad, porque los importadores tenían familiares a los que vendían a mejores precios y les daban las publicaciones más llamativas, a nosotros nos marginaban. Por eso, con mi esposa pensamos en tener nuestros propios libros. Así empezamos.

¿Cuál fue la primera publicación?
Fueron las obras de dominio público, como "El Lazarillo de Tormes", "La Odisea" y "La Eneida".

¿Para imprimir estos libros no tiene que pagar derechos?
Fuimos a la Biblioteca Nacional y nos dieron una lista de obras de dominio público que se podían imprimir, solo teníamos que pagar por el registro. La Constitución dice que todo lo que es educativo y que es de dominio público uno puede trabajarlo.

Tienen manuales para aprender a hacer lo que sea. ¿Cómo se animaron a publicarlos?
Salió de los mismos clientes. Conforme tuvimos ciertos títulos nos decían: "¿Por qué no sacan esto?" o "¿por qué no sacan tal libro?".

¿Ustedes mismos los elaboran?
Mi esposa va a las academias y hace convenios con los profesores que nos proporcionan todas sus ideas a cambio de ponerles publicidad en la contracarátula y darles una cantidad de libros.
Pero también sacan folletos de coyuntura que publican en tiempo récord. A un día de declararse Machu Picchu una de las nuevas maravillas del mundo ya tenían lista una publicación.
Tenemos profesores, junto a ellos siempre estamos al tanto de los temas y la información que necesita el público. En el caso del nombramiento de Machu Picchu como una de las nuevas maravillas del mundo, ya teníamos información recopilada. En cuanto se hizo oficial su nombramiento, empezamos a imprimir.

¿Por qué los colores chillones se han convertido en una característica de sus publicaciones?
Hay que darles mucho colorido a las carátulas, porque si sacas un color muy serio no te compran. Utilizamos colores que son parte de nuestra cultura. Muchas veces vienen profesores y nos dicen: "Hay que sacar libros con colores más elegantes y serios porque se trata de libros culturales", pero al final, pese a que tienen un buen precio, no se venden porque no son llamativos. Además, nuestros libros no son solo para el Perú. Muchos profesores y directores de colegios compran obras literarias para llevar a Ecuador y Bolivia, donde también la propuesta agrada.

¿Le gusta leer?
Tengo un programa los domingos de música vernacular en radio Fiesta. En este espacio llevo mis libros de pensamientos y los leo al aire. Me gusta aprender de los grandes pensadores.

¿Qué piensa de la falta de textos escolares en la educación?
Me da mucha pena. A nosotros nos llegan pedidos de colegios de distintas partes del país y colaboramos con sus bibliotecas según la edad y la situación de sus niños.

Los ingresos no son pocos. ¿Por qué nunca se animaron a dar el paso hacia la industrialización y la impresión de sus propias publicaciones y dejar de tercerizar?
Siempre ha habido cosas que nos lo han impedido. En 1990, con el 'fujishock' nos fuimos a la bancarrota, la gente dejó de comprar. Con mi esposa tuvimos que vender comida en la calle para volver a hacernos de un pequeño capital y así volver al rubro editorial. Nos estábamos levantando nuevamente y dos veces, por descuido, dejamos el caño abierto del baño y todos los libros que teníamos en nuestro local se mojaron y ya no sirvieron.

¿Empezaron otra vez de cero?
Esas dos veces no, porque teníamos en casa algún material. También sufrimos un robo, se llevaron todas nuestras pertenencias, nos dejaron sin nada porque cobraron cheques a nuestros nombres y ahí también tuvimos que resurgir de esa caída terrible.

¿Por qué regresaron al mismo negocio cuando les fue mal?
Siempre pensábamos ir hacia otro rubro. Lo que pasa es que no tenemos suerte para otra cosa.

¿Qué siente cuando ve una de sus publicaciones en la calle?
Solo agradezco a Dios.

¿Se ve empezando de nuevo?
Difícil, pero igual regresaría a este negocio. Hasta el fin de mis días voy a continuar con la editorial.

 
 

 
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